viernes, 12 de febrero de 2010

El Teléfono Descompuesto


"No creas todo lo que oyes" me decía mi abuelita y tenía razón, ya que parece ser que "de boca en boca" la verdad se desfigura perdiendo de vista la realidad.
Dicen los especialistas que "el rumor" es una noticia importante para un grupo homogéneo de personas; escatimada en detalles, con ciertas contradicciones que generan desconfianza y tensiones emocionales.
Si a estas características le sumamos la subjetividad de quienes lo escuchan, le podremos agregar unos cuantos ingredientes motivacionales que van a aportar a su "deformidad". Estos pueden ser: la esperanza que es la base de los rumores optimistas, el odio que hace a los rumores calumniosos, el interés sexual fundante de la chismografía y el miedo que difunde historias macabras.
Ni hablar de aquellos que adoptan una posición de poder haciendo circular el rumor, buscando atraer la atención de los demás, sobre lo "bien enterados" que están de las cosas; "estar al tanto de" halaga el amor propio.
También se suelen potenciar las noticias para aliviar la presión de un silencio embarazoso ... algo debe haber...y después "la sospecha"... Miente, miente que algo quedará...dice el refrán...
Los experimentos de Mc Gregor (1938) se anticipan en la fórmula R=I x A (Rumor = Importancia x Ambigüedad) en sus estudios sobre la influencia de los deseos sobre las predicciones que realizan las personas.
En cuanto a posteriores investigaciones acerca de la influencia de los estados emocionales en el proceso de percibir, recordar e informar los hechos (que son los 3 pasos que se cumplen dentro de cada individuo y que permiten que el rumor corra de uno a otro) se demostró que ocurren una serie de deformaciones según : la edad, el sexo, los recuerdos que la experiencia le trae, el tipo de preguntas del interrogatorio, si es que lo hay (como en los testimonios de los juicios orales) la inteligencia, los hábitos de expresión oral, la profesión y sobre todo... los prejuicios!
Barlett (1932) dice " los recuerdos tienen vida propia, van cambiando y nunca terminan siendo iguales a la percepción original" por algo que él llama " el afán de explicación" es decir por la tendencia de la mente a remodelar toda experiencia mediante categorías que le permitan darle "sentido y ser útiles" con lo cual se produce la "desfiguración de la percepción original"...O sea que redondeamos y acentuamos la información subjetivamente perdiendo de vista la objetividad del relato. - Quien tenga oídos para oír ... oiga.

Bibliografía: "Psicología de los rumores" Allport y Postman

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1 comentarios:

A las 14 de febrero de 2010, 17:36 , Blogger jose luis nacci ha dicho...

Todo eso que comentas en la nueva nota se aplica bastante a lo que pasa en el país con los medios, que habitualmente deforman la realidad y por eso, el lector y el espectador, tienen que tomar todo con "pinzas".Muy apropiado y que sigas con con tus aportes para leer la realidad.

 

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